Los tesoros eran edificios donde cada ciudad-estado solía poner los trofeos y otras ofrendas dedicadas al dios Apolo, así que existían muchos tesoros alrededor del templo, pero el más impresionante de todos es el de los atenienses que ha sobrevivido hasta hoy en día.

El Tesoro de los Atenienses es el único monumento que fue restaurado -está casi entero- utilizando exclusivamente su propio material de construcción original. Una de las interpretaciones sobre su origen es que este Tesoro se construyó como un símbolo de la victoria de la democracia sobre la tiranía, pero según otra interpretación se construyó después de la victoria de los Atenienses contra los Persas en la batalla de Maratón, en 490 AC. Este edificio tiene la forma de un pequeño templo dórico y se construyó para almacenar todas las ofrendas que hicieron los atenienses al oráculo de Delfos. El edificio estaba en una ubicación dominante en la Vía Sagrada.

Los relieves impresionantes que existen en el exterior del templo representan los famosos trabajos de Hércules y los logros de Teseo, mientras en el interior del templo se pueden ver inscripciones con decretos honoríficos. En la pared sur del Tesoro existen dos himnos dedicados al dios Apolo. De todos los himnos griegos escritos, estos son los únicos que contienen también anotaciones escritas de la melodía. Las inscripciones en las paredes del edificio nos dan información sobre festivales y costumbres antiguos, principalmente sobre el festival de Pithais (pítico), de Dodecais, de Pyroforia y de Tripodiforia, que eran las procesiones oficiales de los Atenienses a Delfos.